Sor Juana plantea la
interdisciplinariedad del saber, donde cada ciencia y arte nos acerca a la
“Ciencia en que se incluyen todas las ciencias” que sería la Teología. La
comprensión, para Sor Juana, no se puede limitar a una rama de pensamiento,
pues todas las disciplinas son parte del mismo conocimiento y de él provienen.
Tributo a las espinas:
Respuesta a Sor Filotea de la Cruz
Oyó secretos de Dios, que al hombre no le
es lícito hablar.
II Corintios, XII, 4
Me dijo que no era el primero en nacer en
la religión.
Lo que sucedía es que los pobladores
mataban de inmediato
a los ejemplares aparecidos con esas
características.
El
Gran Vidrio. Mario Bellatín
Sor
Juana Inés de la Cruz
escribe el primero de marzo de 1691 una carta en respuesta al prólogo hecho por
Sor Filotea de la Cruz
(seudónimo que utiliza el obispo de Puebla Manuel Fernández de Santa Cruz) a la
publicación de la Carta Atenagórica 1,
esa carta sigue siendo un espacio de discusión e intriga, un texto generador de
textos, una respuesta, la Respuesta
a Sor Filotea de la Cruz.
Se
ha conjeturado mucho sobre cuál es el género de la respuesta, sin duda nadie
cuestiona su pertenencia a la rama epistolar, pero los diversos discursos que
engarza nos introducen en un terreno incierto, donde las coordenadas difieren.
Perelmuter Pérez hace un lúcido análisis retórico de la Respuesta de donde
concluye que su estructura es una lograda defensa
forense (148); nosotros absueltos de la retórica, nos inclinamos por los
pasadizos del texto, los lugares comunes, las metáforas punzantes, los
silencios o las menciones del silencio,
el telar de ideas, para decir, que la Respuesta podría ser
considerada un ensayo en la acepción moderna del término2. Sin
embargo, no queremos implicar en absoluto, que Sor Juana lo haya pensado así,
pero el desarrollo de sus planteamientos es tan agudo, que nada nos podría
acercar más a esta imagen, a este essai.
¿Qué es un ensayo sino la profusión de ideas que conversan y guardan en sus
silencios arte? ¿Qué es, sino, la
Respuesta ?
Durante
el recorrido de la Respuesta
encontramos dos líneas de pensamiento que se interrelacionan constantes y se
enfrentan, como dos espejos opuestos. En palabras de Borges: “bastan dos espejos
opuestos para construir un laberinto” (1980: 43), el laberinto en el texto de
Sor Juana está habitado por el silencio3 entre cada espejo, como
llamaremos a sus dos temáticas. Estas líneas de pensamiento que se
interrelacionan son poder-persecución- miedo y conocimiento-libertad.
Ya
en el inicio de la carta, Sor Juana las delimita al decir: “que al llegar a mis
manos impresa la carta que vuestra propiedad llamó Atenagórica, prorrumpí… en
lágrimas de confusión, porque me pareció que vuestro favor no era más que una reconvención que Dios hace
a lo mal que le correspondo; y que como a otros corrige con castigos, a mi me
quiere reducir a fuerza de beneficios” (828). En estas líneas Sor Juana delata
la primera incongruencia y con esta nos muestra que sus palabras están
condicionadas por trampas en las que no quiere caer y por eso recurre al
silencio “de manera que aquellas cosas que no se pueden decir, es menester
decir siquiera que no se pueden decir” (ibidem).
Estos dos pasajes son importantes, porque son la apertura de sus ejes
sustanciales. Por un lado sabemos que Sor Juana plantea en la Carta Atenagórica que la mayor
fineza de Cristo “son los beneficios que nos deja de hacer por nuestra
ingratitud… pues deja Dios de ser liberal –que es propia condición suya-,
porque nosotros no seamos ingratos –que es propio retorno nuestro-; y quiere
más parecer escaso, para que los hombres no sean peores,… antepone el aprovechamiento de los hombres a
su propia opinión y a su propio natural” (825). Al Dios hacernos favores, nos
hace un mal porque el hombre los pone en contra suya, por lo que al decir Sor Juana Inés que a ella la quiere reducir “a
fuerza de beneficios”, está diciendo que Dios le hace beneficios que se van a
tornar en contra suyo, que el favor del obispo es un beneficio de Dios por su
ingratitud, y que por lo tanto, va a ser negativo para ella. Entonces, aparece
el temor de Sor Juana a ser perseguida reflejado en sus lágrimas de
“confusión”; el poder del obispo al publicar la carta sin el consentimiento de
Sor Juana y al prologar su obra y titularla; el reconocimiento del mismo al
aceptar que la carta está escrita por una inteligencia superior de ahí el
nombre de Atenagórica que deriva de la diosa Atenas, diosa de la sabiduría, y
el tópico de la libertad en el contenido de la carta. Todo el desarrollo de la Respuesta se reflejará
en estos dos espejos y el espacio que los separa y los une a la vez, el
silencio.
La
personificación más hermosa del silencio4 en la Respuesta será la que
Sor Juana traza con estas palabras: “el callar no es no haber que decir, sino
no caber en las voces lo mucho que hay que decir” (828), primera idea
subversiva que presenta al silencio como la potencialidad de la palabra,
calificando a la voz de insuficiente para el lenguaje. En Sor Juana el silencio
es vastedad, no escasez o ausencia, es sabiduría no necedad, es la
descentralización de poder; es, sin duda, libertad; esta libertad que la
defiende contra el Santo Oficio. Por eso se ausenta de palabra en las Sagradas
Letras, su silencio es un arma, y lo ha usado hasta ahora, pero la irrupción de
su pensamiento en la Carta Atenagórica
la vuelve, nos vuelve, a localizar en el
pasadizo del miedo, “soy ignorante y tiemblo de decir alguna proposición mal
sonante o torcer la genuina inteligencia de algún lugar” (829). Es clara la
alusión al padre Antonio de Vieyra5, el propietario del sermón que
Sor Juana crítica y desmantela y la referencia a la iglesia. Sor Juana está muy
conciente de las dinámicas eclesiásticas,
ella sabe (Elias Canetti explica que la iglesia funciona como un fenómeno de
masa6) que “mientras realice funciones despreocupadas se le dejará
hacer, pero no bien se haga notar comenzará a ser odiada y temida” (Canetti:
15).
Entonces
Sor Juana Inés de la Cruz
nos vuelve a ubicar en el espejo del estudio, diciendo: “Yo no estudio para escribir,
ni menos para enseñar… sino sólo estudio por ver si con estudiar ignoro menos”.
Esta imagen es fundamental porque va a plantear uno de los móviles más
importantes para descubrir a Sor Juana, el estudio por el estudio mismo, no
como un medio, sino como un permanente fin, como un desentramado de rutas que
la conducen al acto mismo del descubrimiento. Para ella el universo es un
misterio, un laberinto que la rebasa, considerando aún más la época del siglo
XVII7 de la que forma parte, donde los paradigmas se están empezando
a romper, donde nuevas ideas están apareciendo, donde sucede un Giordano Bruno
y un Athanasius Kircher, el
conocimiento es una sed, es una necesidad, es una forma de confrontar y habitar
a la vez el mundo. En ese mundo, Sor Juana encarna las palabras de San Pablo y
los asusta a todos: “Las cosas más locas escogió Dios para confundir a los
sabios; Y las cosas flacas del mundo escogió Dios para confundir a los fuertes;
y las cosas viles y despreciables del mundo escogió Dios, Y aquellas que no son
para destruir las que son, para que ningún hombre se jacte delante de Él”8
(I Corintios, 27-29).
Este miedo que produce Sor Juana, se refleja
en ella misma; sin embargo, su temor es menos intenso que su avidez por conocer:
“Desde que me rayó la primera luz de la razón, fue tan vehemente y poderosa la
inclinación a las letras, que ni ajenas reprensiones…, ni propias reflejas…,
han bastado a que deje de seguir este natural impulso que Dios puso en mí”
(Juana Inés de la Cruz
830). Como la imagen de Ícaro, (usada por ella misma en el Primero Sueño, pero
también por otros como Bruno o Quevedo, y que apareció en los emblemas de la
época para representar al temerario), Sor Juana se acerca al sol con sus alas
de cera a pesar de saber que caerán como sus lágrimas al impacto con la luz.
Esta posición de Sor Juana es la primera en la que enfrenta los espejos y
demuestra el poderío del conocimiento y la libertad, sobre el temor, la
persecución, el poder.
Sabiendo
de antemano que le es vedado conocer, ella elabora una validación del acto del
estudio para la mujer, en el que se inscribe, no porque piense en la
flexibilidad de su interlocutor sino para auto-reconocerse intelectual (en Sor
Juana su sexo es un conflicto en cuanto refiere a las prohibiciones que lo
cobijan), la Respuesta
se convierte entonces en una respuesta a la posteridad donde lo que se busca es
la restitución. La restitución como explica Mario Santí es “un instrumento de
justicia que se ejecuta a través de la reparación de la injuria o la corrección
de una falta…Todo proceso restitutivo tiene una lógica por la cual el castigo
siempre excede al crimen; restituir significa o bien devolver más de lo que se
extrajo o bien devolver otra cosa nunca lo mismo” (220). A Sor Juana le fue
robada la libertad, la restitución sería el acto del conocimiento.
A
partir de este móvil Sor Juana esboza varias teorías de cómo ella ve el
conocimiento y el estudio. En la
Respuesta podemos ver una teoría del conocimiento trazada en
base a esta sed de conocer. Ella plantea la interdisciplinariedad del saber,
donde cada ciencia y arte nos acerca a la “Ciencia en que se incluyen todas las
ciencias” que sería la Teología.
La comprensión, para Sor Juana, no se puede limitar a una
rama de pensamiento, pues todas las disciplinas son parte del mismo
conocimiento y de él provienen. Para la Fénix 9, el entendimiento es una
propiedad del universo como la huella de Dios, así desde una perspectiva agustina
todo lo que es proviene de Dios, todo lo que es, en Sor Juana, es una posibilidad
de conocer. “Todas las cosas salen de Dios, que es el centro a un tiempo y la
circunferencia de donde salen y donde paran todas las líneas criadas” (Juana
Inés de la Cruz 833).
Así,
ella reviste la imagen de la sabiduría o
el conocimiento con la imagen del Cristo crucificado. Sólo el más puro, el Dios
hecho carne, es el más sabio, por eso la corona de espinas en la cabeza porque
es la cabeza la que guarda el conocimiento y son las espinas símbolo de daño y
persecución, “la sagrada cabeza de Cristo y aquel divino cerebro eran depósito
de la sabiduría; y cerebro sabio en el mundo no basta con que esté escarnecido,
ha de estar también lastimado y maltratado; cabeza que es erario de sabiduría
no espere otra corona que de espinas” (Juana Inés de la Cruz 836) y añade “me han
perseguido por amar la sabiduría”(837).
Entonces
se produce el quiebre, el impacto de la luz cuando, en la Respuesta a Sor Filotea
de la Cruz , se explican
las diversas coronas que se les ponía a los héroes romanos según sus hazañas. Y Ella, Sor Juana Inés de la Cruz , se pregunta qué corona
le tocó a Cristo y se responde “la más honrosa … se llamaba obsidional de
obsidio, que quiere decir cerco; la cual no se hacía de oro ni plata, sino de
la misma grama o yerba…y como la hazaña de Cristo fue hacer levantar el cerco
al príncipe de las tinieblas …lo coronaron… con el fruto natural del mundo que
fue el campo de la lid, el cual después de la maldición… no producía otra cosa
que espinas … porque es el triunfo del sabio obtenido con dolor y celebrado con
llanto… los otros sabios … entiendan que
no han de aspirar a otro honor”(836).
En
honor a eso hemos dedicado estas palabras que no son otra cosa que un
reconocimiento a la sabiduría, al amor y al deseo de saber, a la libertad de
poder ejercer la búsqueda del conocimiento, que siempre nos parecerá un
misterio, una hazaña digna como la de alcanzar el sol, o callar10.
Referencias al pie
1 El obispo le confiere este título a la Crisis de un Sermón en la portada del folleto
que hizo publicar en Puebla a finales de noviembre de 1690. Véase Emil Volek “La
señora y la ilustre fregona”, en Sor
Juana Inés de la Cruz
y sus contemporáneos.
2 Hacemos hincapié en esto, pues en la época de Sor
Juana, el ensayo era lo que ahora conocemos como sermón, es así, que la mujer
estaba vedada de la práctica ensayística, sólo podía ejercer la crítica del
ensayo. Con respecto a este tópico, es
interesante ver que el sermón también ha sido encontrado en la Respuesta , por Beatriz
Colombi en su artículo: “La respuesta y sus vestidos: Tipos discursivos y redes
de poder en la Respuesta
a Sor Filotea”, en la Revista
Mora , Revista del Área Interdisciplinaria de
Estudios de la Mujer.
3 El silencio del que hablamos está relacionado con el
planteamiento de Josefina Ludmer sobre el “saber, decir y no” en su artículo Tretas del débil.
4 El silencio también es un personaje importante en su
poema más conocido, Primero Sueño. Harpócrates o el silencio será el que
apertura el sueño o el viaje del conocimiento. El silencio lleva inscrito en sí
mismo, la posibilidad del estudio, la des-jerarquización del poder y la
sabiduría en el poema.
5
El sermón del padre Antonio de
Vieyra fue pronunciado en la capilla real de Lisboa en 1650, aún antes de que
Sor Juana naciera, la crítica es escrita por la monja 40 años después en 1690.
Entonces, lo peligroso de la Carta Atenagórica , más allá de la maestría con que Sor
Juana refuta los planteamientos de Vieyra, es la osadía de esta mujer para
construir las bases de un planteamiento propio que derrumbaría uno de los
pilares eclesiásticos más importantes como
es la obediencia.
6 Ver Masa y Poder
de Elias Canetti.
7 Ver la posición antagónica de Giordano Bruno y Pascal que describe Paz
en Las Trampas de la fe, también
descrita por Borges en La esfera de
Pascal.
8
Esta misma cita la usa Sor Juana
Inés de la Cruz
en su Respuesta.
9
Borges en su obra “El libro de los
seres imaginarios” habla del Ave Fénix como espejo o imagen del universo. Nos
parece interesante relacionar esta idea con el apelativo que escogieron los
intelectuales para sor Juana “La
Fénix de México”.
10
“La Mujer aprenda en silencio, siendo este lugar más
a favor que en contra de las mujeres, pues manda que aprendan, y mientras
aprenden claro está que es necesario que callen”. Respuesta a Sor Filotea de la Cruz.
Bibliografía
A.A.V.V. La Biblia Latinoamericana.
Madrid: Editorial Verbo Divino, 1972.
BORGES, Jorge Luis. El libro de los
seres imaginarios. Editorial Destino: Barcelona, 2007
…………………..…..Siete Noches. Fondo de
Cultura Económica. Argentina, 1980.
……………………… Nueva antología personal. Barcelona: Editorial Bruguera, 1980
CANETTI, Elías. Masa y Poder. España: Galaxia
Gutemberg, 2001.
COLOMBI, Beatriz. “La respuesta y sus
vestidos: Tipos discursivos y redes de poder en la Respuesta a Sor
Filotea”. En Mora, Revista del Área
Interdisciplinaria de Estudios de la Mujer.
Buenos Aires 1996.
JUANA INÉS DE LA CRUZ ,
Sor. Obras Completas. México:
Editorial Porrúa, 2004.
LUDMER, Josefina. “Tretas del débil”.
En La Sartén
por el mango, Encuentro de escritores latinoamericanos, Puerto Rico: Ed. El
huracán, 1984.
MARIO SANTÍ, Enrico. “Sor Juana, Octavio
Paz y la Poética
de la Restitución ”.
En La literatura novohispana. Revisión crítica
y propuestas metodológicas. Año, 1994; pp. 217- 230
MORAÑA, Mabel. Barroco y “Conciencia Criolla en
Hispanoamérica”
En Revista de Crítica Literaria
Latinoamericana. Año XIV, N° 28, Lima, 2do. Semestre de 1988; pp. 229- 251
PAZ, Octavio. Sor Juana Inés de la Cruz o Las Trampas de la Fe. México : Fondo de Cultura Económica de México, 2004.
PERELMUTER, Rosa. “La estructura retórica
de la Respuesta
a Sor Filotea” En Hispanic Review, vol,
51, primavera de 1983, N° 2.
VOLEK, Emil. “La señora y la ilustre
fregona: las trampas de comunicación, teología y poder entre Sor Filotea y Sor
Juana”. En Sor Juana Inés de la Cruz y sus contemporáneos,
ed. Margo Glantz. México: Universidad Nacional Autónoma de México y Centro de
Estudios de Historia de México Condumex, 1998; pp.333 -357.
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